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Joven madre embarazada murió en accidente


IBA CON SUS TRES HIJOS, DOS ESTÁN GRAVES Y EL MÁS CHICO SALIÓ CAMINANDO


El siniestro de tránsito que epilogó de manera trágica ocurrió a unos 10 kilómetros de la capital del departamento de Rocha en la mañana de la pasada jornada.
En uno de los autos, el cual quedó totalmente destrozado, y que estaba matriculado en el mismo departamento esteño, viajaban cuatro personas, una joven madre que estaba embarazada, y sus tres pequeños hijos que iban a buscar al padre de la familia a su trabajo en un establecimiento rural cercano.
Según lograron establecer autoridades policiales en base a testimonios de testigos, la conductora intentó rebasar un vehículo que iba en el mismo sentido, no logrando concretarlo antes de impactar de frente con otro rodado que venía en la senda opuesta.

A 150 KM/HORA

Este era guiado por Martín Juan Alonso, quien experimentó múltiples fracturas en distintas partes de su cuerpo, fue atendido y se encuentra hospitalizado, aunque fuera de peligro.

NO TENÍA ACOMPAÑANTES.

El velocímetro de su auto, según consta en informe de Policía Técnica, quedó "clavado" en 150 km/hora.
El otro era conducido por Sandra Molina, de 28 años, la cual estaba en estado de gestación, quien iba acompañada por sus tres hijos Michael Rocha, de 12 años; Rodrigo, de 8; y Kevin, de 5.
Como resultado, la joven madre perdió la vida en el lugar y en forma instantánea, mientras que los dos niños más grandes, que salieron despedidos por el parabrisas del auto, se encuentran internados en gravísimo estado.
Un hecho a destacar es que el más pequeño de los tres, Kevin, fue hallado, por personas que pasaban por el lugar y que se detuvieron a asistir a los involucrados, a los pocos metros del accidente caminando desnorteado, aunque aparentemente sin lesiones, según confirmó el jerarca de Bomberos a cargo del operativo de rescate y extracción de las víctimas de entre los hierros retorcidos de los vehículos.
Fuente: Diario La República






Bomberos rescataron a dos personas tras choque múltiple


Un taxi y dos vehículos livianos colisionaron esta mañana en la esquina de Bulevar Artigas y Benito Nardone. Dos personas quedaron atrapadas en sus vehículos y fueron rescatadas por personal de Bomberos.
Una de las víctimas sufrió politraumatismos leves, mientras que los otros involucrados no sufrieron heridas de gravedad, se informó a EL PAÍS digital en Bomberos.
Los accidentados habían sido estabilizados previamente por personal médico que rápidamente concurrió al accidente y posteriormente fueron derivados a centros asistenciales.
El País Digital

Reconstruyeron muerte de delincuentes, comerciante permanece detenido



Dos delincuentes fallecieron esta mañana al intentar rapiñar un quiosco en la zona del Cordón.
El dueño del local, ubicado en Victor de Haedo y Cufré, se resistió a que le robaran y terminó disparando contra los delincuentes, quitándoles la vida a dos de ellos.
Uno de los fallecidos es Jesús Cejas, de 20 años. El joven contaba con un antecedente por lesiones de 2009 y varias anotaciones como menor. El otro fallecido no está identificado.
A unas horas de acontecido el hecho, y con la presencia del juez Tapié, se realizó la reconstrucción el hecho, aunque el comerciante no contaba con su abogado presente. Tras prestar declaración, fue trasladado a la comisaría 4ta, desde donde mañana partirá a brindar más testimonios en el Juzgado.
 Fuente: Diario El País

LA LEY DEL REVOLVER...


DOMNGO DE LUTO

Un asesinato policial

MONTEVIDEO, 21 Set (UYPRESS/Florencio Luzardo) -El pasado domingo fue un día de luto. Para una familia de Maldonado que perdió a su hijo de 23 años, mecánico y fanático de las picadas, para todos sus amigos, para la sociedad uruguaya en su conjunto y debería serlo para la policía nacional.



El asesinato de cuatro balazos por la espalda, es eso, un asesinato, agravado por haber “plantado” un arma en el auto de la víctima y por las mentiras que la policía le transmitió a la familia de Michel Mariño, el muchacho muerto.
Aquí podríamos terminar la nota. Pero sería una cobardía y una irresponsabilidad. ¿Fue sólo un asesinato de un uniformado con tendencias criminales? Podría ser, el uniforme no es una garantía contra los males y los peores instintos. Pero las preguntas no pueden detenerse allí. ¿Cómo actuaron los otros tres policías que acompañaban al homicida? ¿Cómo actuó el comisario de esa repartición de Piriapolis? ¿Es un hecho aislado o hay antecedentes en esa misma repartición?
El Ministerio del Interior en una conferencia de prensa del subsecretario (¿por qué no estaba el ministro ante un hecho de esta gravedad?) reconoció el asesinato e inició una investigación interna en la comisaría de Piríapolis.
En algunas “filtraciones” de prensa posteriores al asesinato se hizo circular la información de que el muerto además de hacer picadas prohibidas en la rambla de los Argentinos en la ciudad balnearia, se le habían retirado la libreta de conducir en un incidente en el departamento de Treinta y Tres. Es parte de la misma práctica de desinformación y deformación. El asesinato no tiene ninguna, absolutamente ninguna justificación, ni en las leyes ni en la moral uruguaya. Es sólo un asesinato realizado con un arma de reglamento de la policía, otorgada para proteger a los ciudadanos y amparado en un uniforme que debería representar exactamente lo opuesto a lo que sucedió.
Si los jueces, si las autoridades ministeriales y policiales no asumen el mayor rigor frente a este hecho, tanto con el policía directamente relacionado, como con los que fueron cómplices de diversas maneras y en diverso grado, la señal que se transmite a la sociedad sería pésima.
En el Uruguay no puede haber espacio para el “gatillo fácil”, en ningún gobierno, de color alguno.
Cuando se abren pequeñas brechas, perforaciones en la muralla que debe proteger los valores de la vida humana, del respeto, de las leyes y de los derechos humanos básicos por parte de todos, civiles y mucho más los que detentan el uso de la fuerza por parte del Estado nos precipitamos en la barbarie. Paso a paso.
De tanto reclamar medidas duras contra la delincuencia corremos el serio riesgo de que algunos malinterpreten el mensaje social y terminemos siendo víctimas dobles, de la inseguridad y de la autoridad mal entendida, que se llama prepotencia o algo mucho peor, como en el caso de Piríapolis.
No hay conexiones mecánicas, no hay razonamientos simples, pero hay enseñanzas dolorosas. La sociedad uruguaya está haciendo un gran esfuerzo, volcando nuevos y crecientes recursos para invertir en la policía y más en general en la seguridad. Deberían también utilizarse en formar mejor al personal, en resaltar los valores democráticos y profesionales y sobre todo en el respeto al ciudadano. Se puede ser firmes y eficientes y no pasarse de la raya, no avasallar derechos y libertades.
Habrá que seguir de cerca y con mucha atención este proceso. Es una dura prueba para todos, pero en primer lugar para las autoridades.

Florencio Luzardo